En el marco de la celebración del Día Internacional de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MIPYMES), este 27 de junio, es necesario destacar el aporte que han realizado las empresas de mujeres, máxime si reconocemos que el entorno VUCA, en que el que nos desarrollamos, que afecta a todas las personas y en especial a las mujeres, requiere del desarrollo nuevas habilidades de liderazgo para aprender a desarrollarnos en este ambiente.

El término VUCA, que por sus siglas en inglés significa: Volátil, Incierto, Complejo y Ambiguo, adaptado al mundo empresarial, se usa para entender las características del mundo en el que vivimos, verlas como normales, adaptarnos y tomar decisiones en dicho contexto. En este entorno, la transformación digital se vuelve indispensable.

Es fundamental tener clara esta realidad para abordar los desafíos y la responsabilidad que tenemos como sociedad, para apoyar las empresas lideradas por mujeres de una manera sistematizada y estratégica. Como una contribución en ésta vía, la Cámara de Comercio de Costa Rica, en plena pandemia, junto con ONU Mujeres, Programa Ganar-Ganar, capacitó a más de 4,500 mujeres de toda la región, por medio de un programa de Marketing digital.

Desde los años 90, los estudios realizados señalan la creciente importancia de las mujeres como dueñas de pequeños negocios en Costa Rica, que se han constituido en una valiosa fuente de empleo.

Según el Banco Mundial, las PYMES en el mundo representan más de la mitad de los puestos de trabajo formales. En Costa Rica un 47% del empleo total es generado por este sector y de este porcentaje el 48% es liderado por mujeres. El INEC indica, que en cuanto a personas independientes en las microempresas (2021), el número de hombres es de 292 697 y mujeres 141 904.

Estos datos tan contundentes evidencian el importante rol de las mujeres en el desarrollo de las MIPYMES. Sin embargo, al tener las mujeres la mayor carga en la corresponsabilidad social de los cuidados, a la hora de emprender y liderar empresas, enfrentan desafíos que como sociedad tenemos que entender para poder apoyar.

No podemos olvidar que la pandemia dejó claramente establecida la vulnerabilidad económica de las MIPYMES, las cuales acumularon deudas y muchas tuvieron que endeudarse más para continuar operando. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI) las PYMES formales decrecieron en un 5% en nuestro país y en las economías avanzadas durante el 2021. A lo anterior hay que agregar que que un porcentaje importante de mujeres empresarias se ubican en estratos empobrecidos, muchas de las cuales son jefas de hogar, muy sensibles a los cambios que el ambiente VUCA en el que nos desarrollamos.

No hay duda de que los emprendimientos y empresas de mujeres requieren de un acompañamiento adicional, para el desarrollo de esas nuevas habilidades de liderazgo. El desafío que enfrentamos como sociedad es lograr mayores niveles de formalidad, buscar mejoras en las capacidades empresariales, mayor acceso a mercados y financiamiento para la reducción de brechas.

Debemos trabajar para asegurar que los proyectos emprendedores liderados por mujeres, y las empresas de mujeres, se traduzcan en negocios estables y crecientes que generen empleo y den el sustento a miles de familias costarricenses.

Este 27 de junio no es solo para celebrar, sino para repensar las políticas públicas y privadas, que coadyuven en la construcción de un entorno más amigable para el desarrollo del liderazgo requerido para llevar adelante las Micro y pequeñas empresas en general, y de manera especial, las impulsadas por emprendedoras, en el mundo Volátil, Incierto, Complejo y Ambiguo en el que vivimos.